lunes, 22 de septiembre de 2008

TRES PORTEÑAS BAJO UN PARAGUAS

(Sin contar la muerta)
Escena 1: "Interrogatorio"

La Comisaria Daniela Hernández ,en su despacho , sentada en su viejo escritorio; frente a tres sospechosas de un asesinato intenta descifrar el misterio de una muerte siniestra...un cuarto oscuro, tres sospechosas, una vieja comisaria, un asesinato, así comienza la historia.

La primera porteña era alta y flaca.
La segunda porteña era baja y rubia.
La tercera porteña era mediana y tenía un diente de lata.
La cuarta porteña estaba muerta.

¿Quién fue? – Pregunto la comisario Daniela Hernández.
-Yo no (dijo la primera porteña)
-Yo tampoco (dijo la segunda porteña)
-Yo menos (dijo la tercera porteña)
La cuarta porteña estaba muerta

Daniela Hernández puso los cuatro sombreros sobre el escritorio. Así:



El sombrero de la primera porteña estaba mojado adelante .
El sombrero de la segunda porteña estaba seco en el medio.
El sombrero de la tercera porteña estaba mojado adelante.
El sombrero de la cuarta porteña estaba todo mojado.

Escena 2: "las porteñas en la esquina".

Con objeto de descubrir quien habia sido la culpable de tan atroz asesinato, la comisaria con una vivaz idea decidió encubrir entre sus preguntas grandes enrriedos ,para que así ,la asesina confesara su crimen aún sin saber ella misma que se habia declarado culpable.

¿Qué hacían en esa esquina? –Preguntó la comisario Hernández .
-Esperábamos un taxi – Dijo la primera porteña.
-Llovía muchísimo- Dijo la segunda porteña.
-¡Como llovía! –Dijo la tercera porteña.
La cuarta porteña dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.

¿Quién vio lo que pasó? – Preguntó Daniela Hernández .
-Yo miraba hacía el norte – Dijo la primera porteña.
-Yo miraba hacía el este –Dijo la segunda porteña.
-Yo miraba hacía el sur –Dijo la tercera porteña.
La cuarta porteña estaba muerta. Murió mirando al oeste

¿Quién tenía el paraguas? – Preguntó la comisario Hernández.
-Yo tampoco –Dijo la primera porteña.
-Yo soy baja – Dijo la segunda porteña.
-El paraguas era chico –Dijo la tercera porteña.
La cuarta porteña no dijo nada. Tenía una bala en la nuca.

-¿Quién oyó el tiro? Preguntó Daniela Hernández.
-Yo soy corta de vista –Dijo la primera porteña.
-La noche era oscura –Dijo la segunda porteña.
-Tronaba y tronaba –Dijo la tercera porteña.
La cuarta porteña estaba borracha de muerte.

¿Qué hicieron al ver al muerto?-Preguntó Daniela Hernández.
-Yo me saque el sombrero –Dijo la primera porteña.
-Yo me descubrí –Dijo la segunda porteña.
-Mis homenajes al muerto –Dijo la tercera porteña.

Los cuatro sombreros sobre la mesa.

– ¡Usted lo mató! –Dijo Daniela Hernández .
-¿Yo señora? Preguntó la primera porteña.
-No, señorita – Dijo Daniela Hernández .
-¿Yo señora? –Preguntó la segunda porteña .
-Si, señorita – Dijo Daniela Hernández .

Escena 3: "Se devela el misterio".

Luego de descubrir a la culpable del asesinato , la Comisario Hernández decide relatar la situación en la cual se desarrolló el crímen; aún permaneciendo en su viejo escritorio, en la oscuridad de una sala de la comisaria (su despacho) las tres porteñas deciden escuchar con atención el relato.

“El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les mojo la parte delantera del sombrero”.
“La que miraba al norte y la que miraba al sur no tenían que darse vuelta para matar a la que miraba hacia el oeste. Le bastaba mover el brazo derecho o izquierdo a un costado. La que miraba al este en cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta se le mojo la parte de atrás del sombrero. Su sombrero esta seco en el medio, es decir, mojado adelante y atrás .Los otros dos sombreros se mojaron solamente adelante, porque cuando sus dueñas se dieron vuelta para mirar el cadáver, había dejado de llover. Y el sombrero del muerto se mojo por completo al rodad por el pavimento húmedo.”
“La asesina utilizó un arma de muy reducido calibre, un matagatos de esos con que juegan los chicos o que llevan algunas mujeres en sus carteras. La detonación se confundió con los truenos (esa noche hubo una tormenta eléctrica particularmente intensa) pero la segunda porteña tuvo que localizar en la oscuridad el único punto realmente vulnerable a un arma tan pequeña: la nuca de su víctima, entre el grueso sobretodo y el engañoso sombrero. En esos pocos segundos el fuerte chaparrón le empapó la parte posterior del sombrero. El suyo es el único que presenta esa particularidad .Por lo tanto es la culpable.”

La primera porteña se fue a su casa.
A la segunda no la dejaron.
La tercera se llevó el paraguas.
La cuarta porteña estaba muerta.
Muerta.

Adaptación - "Tres portugueses bajo un paraguas" (sin contar el muerto) Rodolfo Walsh.

MISERIA

Escena nº 1: “LLEGA MISERIA Y PRETENDE ENTRAR AL CIELO”
-PEDRO: Que haces por acá, viejo tramposo?!
-MISERIA: Y usted quien es?
-PEDRO: Así que ahora no me conoces?
-MISERIA: Algo me acuerdo de su cara don…
-PEDRO: Acá no podes entrar porque sos indigno.
-MISERIA: Yo indigno? Y porque si se puede saber?
-PEDRO: Porque le vendiste tu alma a alguien que no puedo nombrar.
-MISERIA: Yo no me acuerdo nada de eso.
-PEDRO: Hacete el tonto nomás! Anda, anda para tu rancho y tírate a dormir como siempre…
Ya te voy a hacer recordar la porquería que hiciste.

Escena nº 2: “MISERIA DUERME. APARECEN SAN PEDROY JESÙS CABALGANDO EN UNA MULA”
-PEDRO: Deténgase, nuestro señor, que su mula manquea!
-JESÚS: Cha, diga, se ha perdido una herradura!
-PEDRO: Tendremos que llegar hasta el pueblo y encontrar una herrería.
-JESÚS: Mirá Pedro, allá veo un cartel que anuncia una. Mi padre me la ha puesto en el camino.

Escena nº 3: “EN LA HERRRERÍA”
-PEDRO: ¡Guenas y santas! Ave Maria Purísima!
-MISERIA: ¿Qué se les ofrece, aparceros?
-PEDRO: Podría herrarnos la mula? Se ha mancao.
-MISERIA: Veamos que se puede hacer. (Va hacia el yunque y golpea un pedazo de hierro que hace la herradura que coloca ala mula) ¡Listo el pollo!
-JESÚS: ¿Cuánto se le debe señor?
-MISERIA. ¡Si ustedes son más pobres que yo, vayan nomás, Dios me lo pagara algún día!
-JESÚS: ¡Que así sea!

Escena nº 4:
-PEDRO: Nuestro señor, creo que no hemos sido justos. Debimos agradecerle a ese hombre por lo que hizo.
-JESÚS: Tenes razón, volvamos a concederle tres dones.
-PEDRO: Señor herrero acá estamos de vuelta.
-MISERIA: ¿Donde esta la herradura que se desprendió?
-JESÚS: No, paisano, el trabajo esta muy bien hecho, hemos regresado para concederle tres dones.
-MISERIA: Pero… ¿Quiénes son ustedes para conceder cosas?... El Gobernador, son?
-PEDRO: Gaucho, bruto, como le faltas a nuestro señor: yo te vía enseñar. Defenderte!
- JESÚS: Perdónelo, paisano, es medio farolero, pero buen amigo. Bueno, si no quiere los done, nos vamos.
-MISERIA: No…No… está bien. Voy a pedir los dones. Estos dos deben ser locos. Cuando lleguen al pueblo los van a encerrar en un manicomio.
-PEDRO: Pensalo bien. ¡Pedí el Paraíso!!
-MISERIA: ¡Cállate viejo loco! ¡Que el que se siente en mi silla no pueda levantarse sin mi permiso!
-JESÚS: ¡Concebido! – Pensa bien, te quedan dos.
-PEDRO: Pedí el Paraíso, gaucho bruto! Permiso!

Franky

Escena nº 1:
En una pequeña ciudad de Inglaterra, en los más profundo de un sótano de una gran mansión se encontraban el doctor Frankestain y su ayudante y juntos realizaban cosas siniestras , si bien el doctor era un hombre bueno que toda su vida había estudiado para ayudar a la humanidad. Todo lo que aprendió y descubrió lo volvió loco y así fue como comenzó a crear vida, traspasando los límites entre la vida y la muerte, creando un mounstro.
-DOCTOR: ¡necesito urgente un cerebro para mi gran creación! Solo así podré darle vida. (Se dirige al ayudante). ¡Ve y tráeme el mejor de todos, el más inteligente y amable de los cerebros humanos!
-AYUDANTE: si mi señor, le conseguiré el mejor de todos. (Rizas sarcásticas)

Escena nº 2:
Solo faltaba conseguir un cerebro, entonces el ayudante salio de la gran mansión y se dirigió a la ciudad, pero sus intensiones no eran buenas…
(Después de algunas horas)
-SEÑORITA: ¡hola lindo! ¿Por qué tan apurado? ¿No te queres quedar conmigo un rato?
-AYUDANTE:(nervioso y desconcertado) emmmm bueno si……. No no no que digo, tengo que conseguir el cerebro….
(Piensa) –voz en off: ella podría ser. (La agarra y comienza a pegarle)
-SEÑORITA:¡Ayuda, ayuda, ayuda! (cae desmayada)
-AYUDANTE: Listo, solo resta sacarle el cerebro.

Escena nº 3:

Después de haber terminado con su trabajo el ayudante vuelve a la mansión con el cerebro de la señorita en sus manos y se lo entrega a su amo.
-DOCTOR:(nervioso) ¡por fin! Te has tardado mucho, esperemos que valga la pena.
-AYUDANTE: si mi señor así será (rizas sarcásticas)
Con mucha ansiedad el doctor se dirige a su creación y le coloca el cerebro. Después de unos minutos el mounstro despierta.
-DOCTOR: ¡FUNCIONO! Mi creación esta terminada. ¡Levántate y muéstrame tu inteligencia!
El mounstro se levanto y miro fijamente al doctor, de repente se lanza sobre el y comienza a besarlo, acariciarlo y a hacerle miradas de seducción.

Escena nº 4

El doctor enfurecido logra sacarle el cerebro al mounstro y manda al ayudante a traer un nuevo cerebro. Este sale corriendo nuevamente a la ciudad, al llegar pasan por su lado dos personas vestidas totalmente de negro con sus rostros cubiertos.
-AYUDANTE: ¡ladrones!, perfecto (rizas sarcásticas) atrapa a uno de ellos, le saca el cerebro y vuelve rápidamente a la mansión.
-DOCTOR: bien hecho esta vez lo hiciste rápido, veamos ahora si funciona, estoy seguro que esta vez no te equivocaste (el ayudante se ríe)
El doctor coloca el cerebro nuevo en el mounstro, este se despierta y comienza a tomar todo lo que esta a su alcance y lo comienza a guardar en sus bolsillos de repente sale corriendo con una mirada sospechosa.
-DOCTOR: ¡No, no no! ¿Qué sucede? ¡Agarrarlo! Entre los dos consiguen agarrarlo sacarle el cerebro.

Escena nº 5

El doctor a punto de estallar de nervios manda a su ayudante a conseguir nuevamente otro cerebro pero esta vez le dice que no vuelva si no consigue algo bueno, que será castigado y despedido si no cumple con lo pedido.
El ayudante sale a la ciudad amargado porque su broma no había funcionado como el esperaba. Así transcurren los años y los años hasta que un día cansado de buscar un cerebro bueno e inteligente y fracasar se da cuenta que lo encontró. Vuelve a la mansión y su amo lo seguía esperando de repente se lanza sobre el y le saca su cerebro.
-AYUDANTE: ¡Por fin lo conseguí!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Luces y Sombras

ESCENA 1: “EL COMIENZO DE LUDOVICO”

Esta es la historia de Ludovico, conocido como “EL NEGRO”. Un día, Ludovico lee un libro de record. En ese momento el negro se duerme y sueña que cumple un record. Amanece, y Ludovico se levanta con un objetivo: batir un record. Con este fin, el negro va en busca de su bici para dirigirse a la plaza del barrio ha cumplir su objetivo.

ESCENA 2: “OTRO PACIENTE MUERTO”
A su vez, a Arismendi, el doctor del pueblo, se le moría su décimo paciente consecutivo en un mes, lo que provocaba una gran desgracia en él. Al enterarse esto, la gente del pueblo no se animaba a ir al consultorio de Arismendi. Todo el pueblo estaba aterrorizado de ir allí. Por otro lado, Ludovico, contento de su objetivo, se dirigía a la plaza. Cuando llega a la plaza, comienza a dar vueltas al mástil. Los días pasaban, y Arismendi se quedaba más solo. SECRETARIA: Doctor, le vengo a pedir mi renuncia. DOCTOR: ¿¿pero porque?? SECRETARIA: He (duda)…me surgió otro trabajo mejor doctor. DOCTOR: Esta bien…la entiendo!!! Las horas pasaban, y el negro seguía dando vueltas al mástil de la plaza, y Arismendi, muy triste por su soledad, saca su sillón a la vereda del consultorio y se pone a observar a Ludovico.

ESCENA 3: “LAS DUDAS DE ARISENDI”

Toda la gente pasaba dándole apoyo al negro, que por cierto ya se sentía un poco agotado, y Arismendi al mirarlo, se preguntaba: DOCTOR: ¿¿Por qué hará esto?? ¿¿Qué ganaría?? Al observarlo tanto a Ludovico, Arismendi comenzó a notar algo raro en su sonrisa, como algo le iba a pasar porque veía en el una sonrisa distinta a la de una persona normal, pero no le dio mucha importancia, guardo su sillón y se metió de vuelta al consultorio.

ESCENA 4: “LUCES Y SOMBRAS”
A las pocas horas, la plaza se lleno de gente; al ver esto el doctor, el su soledad, el se preguntaba que pasaba. Era que el negro Ludovico había batido el record, y toda la gente del pueblo lo estaba idolatrando a su nuevo campeón. Al llegar la noche, el doctor Arismendi estaba cerrando el consultorio, cuando de pronto le golpean fuertemente la puerta, cuando el doctor abre, era un amigo de Ludovico, alzándolo a el: AMIGO: Doctor, doctor..el negro esta muy mal!! Sálvelo doctor, se nos muere nuestro ídolo. DOCTOR: Éntralo rápido a mi camilla. Me preparo y voy Ese momento, entre medio de los nervios y el miedo de no saber si iba a poder salvarle la vida a Ludovico, Arismendi agarra los elementos necesarios y va hacia su sala.

DOCTOR: ¡¡Yo presentí este momento...según lo que pude verificar tuvo un paro cardiaco!! Esta inyección lo va a hacer reaccionar.



Cuando le pone la inyección, provoca una reacción en Ludovico, lo cual despierta.

LUDOVICO: ¿¿Qué me paso?? ¿¿Dónde estoy??
DOCTOR: Estas en mi consultorio negro...tuviste un paro cardiaco, por eso estas acá. Agradece que te trajeron a tiempo, te podías haber muerto.
LUDOVICO: ¡¡Gracias doctor por salvarme la vida!! ¿¿Cómo se lo puedo pagar??
DOCTOR: No, negro. ¡¡Yo te debo una a vos!!

ESCENA5: “ TODO VUELVE A LA NORMALIDAD”

Al día siguiente, el doctor luego de haberlo pensado, decide volver a abrir su consultorio. Luego de abrirlo, Arismendi se mete a su sala a completar unos papeles pensando que no iba tener trabajo en el día. En ese momento se escuchan un par de voces, era su secretaria que había vuelto a trabajar.

SECRETARIA: ¡¡Doctor, vamos que hoy hay muchos pacientes!!
DOCTOR: ¡¡Si (risas) ya voy.

Al salir, Arismendi se asombra al ver el consultorio lleno. hay se da cuenta que todo vuelve a ser normal, y al fin al cabo, todo vuelve a ser como antes.